La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que tiene como característica principal que la persona se dé atracones de comida recurrentes seguidos de conductas compensatorias inapropiadas para controlar el peso (vómitos autoinducidos, uso excesivo de laxantes y enemas, diuréticos, estar en ayunas, hacer ejercicio de manera compulsiva, etc.), tener la sensación de perder el control respecto a la ingesta de alimentos (no poder controlar la cantidad o el tipo de comida que se está ingiriendo) y una preocupación extrema por la silueta y el peso corporal.
Esta enfermedad comienza cuando la persona decide adelgazar debido a la insatisfacción que siente con su cuerpo. En la mayoría de los casos inicia un dieta y no obtiene los resultados deseados y el vómito se le presenta como una idea perfecta para comer sin engordar. La bulimia nerviosa afecta más a mujeres que a hombres e inicia generalmente al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Comenzaremos este artículo hablando de los tipos de bulimia nerviosa que existen. Tienes que saber que, principalmente, son dos:
Existen algunos signos y síntomas físicos, emocionales y comportamentales que indican que una persona puede tener bulimia nerviosa. En muchas ocasiones puede resultar difícil distinguir si se trata de una bulimia o una anorexia nerviosa debido a que ambas enfermedades tienen muchas semejanzas.
Dos de las principales semejanzas que presentan es que afectan mucho más a mujeres que a hombres y que existe una gran obsesión por la delgadez por lo que intentan controlar el peso corporal a través de diferentes métodos nocivos. Cabe mencionar que es necesario que el diagnóstico lo realice un profesional.
Entre los signos y síntomas de la bulimia nerviosa se encuentran los siguientes:
Se desconoce la causa exacta de este padecimiento, pero existen muchas investigaciones que sugieren que se trata de la interacción de múltiples factores y de diferentes procesos en constante interacción, no se trata de un fenómeno unitario. Los factores que intervienen para que se produzca este trastorno se pueden clasificar en:
Factores predisponentes
Hacen que las personas muestren más vulnerabilidad para desarrollar cierto tipo de enfermedad por medio de la combinación de características individuales, familiares y sociales. Dentro de los factores predisponentes se encuentran los siguientes:
Factores precipitantes
Provocan que la enfermedad se desencadene en un momento determinado o ante cierto tipo de circunstancias que pueden tornarse estresantes. Entre estos factores se encuentran los siguientes:
Factores de mantenimiento
Hacen que la bulimina nerviosa se mantenga y perdure en el tiempo. Esto tiene que ver principalmente con las consecuencias físicas y emocionales de la mala alimentación. Entre estos factores podemos encontrar los siguientes:
Las consecuencias que trae consigo este tipo de padecimiento varían dependiendo del tiempo en que se ha mantenido y la gravedad de los síntomas que presenta cada persona. Esta enfermedad puede llegar a causar efectos irreversibles a la persona e incluso puede provocar la muerte sino se trata de forma adecuada, teniendo en cuenta que mientras más pronto se atienda se tendrán mejores resultados.
Algunas de las consecuencias que trae consigo la bulimia nerviosa, son las siguientes:
Es fundamental para superar la bulimia nerviosa comenzar con plan de tratamiento integral en donde intervengan distintas disciplinas, tomando en cuenta la situación individual y la gravedad de la enfermedad. El tratamiento está dirigido a tratar de reestablecer los patrones normales de alimentación y a tratar los problemas psicológicos.
A continuación se muestran las diferentes estrategias que se utilizan para el tratamiento de la bulimia:
Psicoterapia: Es necesario que la persona comience a realizar un tratamiento psicológico con la finalidad de aliviar los síntomas de la bulimia así como los diversos problemas emocionales y/o trastornos relacionados con la enfermedad. La terapia que ha demostrado mejores resultados es la Terapia Cognitivo Conductual, la cual se encarga principalmente de modificar aquellos pensamientos y creencias negativas hacia la comida y cambiarlas por otras más saludables y adaptativas. Cabe mencionar que en algunas ocasiones, sobre todo si se trata de un adolescente y/o un menor de edad, la familia también deberá de intervenir y asistir a sesiones de psicoterapia para ayudarles a lidiar con esta enfermedad y a apoyar de una mejor manera a la persona que la padece.
Medicamentos: Para el tratamiento de esta enfermedad es común el uso de fármacos como los antidepresivos. Los que se utilizan para tratar este tipo de trastorno son los llamados ISRS (Inhibidor Selectivo de la Recaptación de Serotonina) los cuales son de gran ayuda en combinación con la psicoterapia.
Asistencia médica y nutrición: Es necesario que la persona, de acuerdo a sus necesidades individuales y bajo la supervisión de médicos, nutriólogos y diversos profesionales de la salud comience a llevar un plan de alimentación con la finalidad de lograr alcanzar un peso saludable.
Hospitalización: En algunos casos es necesaria, sobre todo si la enfermedad ya está muy avanzada y han surgido otras complicaciones graves de salud.
- Este artículo es meramente informativo. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
Fuente: Marissa Glover | psicologia-online.com