El dolor de oído, un pitido constante, mareo; pueden ser muchas las dolencias que se pueden padecer en esa magnífica herramienta que son nuestros oídos.
Hay problemas auditivos que son muy fáciles de identificar porque aparecen repentinamente. Y podemos ir a un médico otorrino a que certifique la dolencia y un tratamiento indicado.
Otras veces, como en el caso de una pérdida de audición, es posible que no suceda de manera repentina, y se vaya atenuando la claridad de oído con el paso del tiempo.
De todas formas, los problemas de oído pueden desencadenar otras dolencias tales como lesiones, infecciones o malformaciones debido a multitud de causas. De hecho, sufrir alguna enfermedad auditiva es algo mucho más común de lo que solemos creer.
Quizás sea la afección más común, por ser casi una compañera de viaje durante las vacaciones, o de usuarios de instalaciones deportivas como gimnasios, piscinas o lugares muy húmedos.
Y es que la otitis, infección del conducto externo auditivo, puede estar causada por la entrada de agua en los oídos o una limpieza demasiado fuerte, entre otras causas. Sus síntomas son el dolor y la secreción. Y su tratamiento más común suele ser la aplicación de gotas antibióticas para la eliminación del detritus, así como el uso de analgésicos.
Este trastorno auditivo afecta al oído interno con un defecto de acumulación de líquido que hace que la presión aumente, con posibilidad de que genere problemas de audición. Otros de los síntomas que puede provocar son el vértigo y las náuseas. No se conoce un tratamiento eficaz, pero la ingesta de alimentos diuréticos y bajos en sal alivia los síntomas.
La rotura del tímpano puede estar producida por un ruido muy fuerte, un objeto dentro del oído o una lesión. Para su identificación, deberemos estar atentos a síntomas como la secreción, el dolor leve, los acúfenos y los vértigos. En caso de lesión grave, el tratamiento incluirá la aplicación de un gel o de parches en la membrana timpánica. Pero en el resto de casos, cuando la perforación es pequeña, la cicatrización se desarrolla sin ningún tratamiento específico.
Esta patología provoca sordera parcial o una pérdida auditiva total. Se diagnostica cuando el paciente escucha ruidos mucho más fuertes de lo que en realidad son. Cuando tiene dificultades para seguir una conversación si en ella intervienen varias personas, cuando tiene mayor facilidad de entender las voces masculinas que las femeninas o cuando tiene dificultad para comprender voces entre dientes o sonidos agudos.
Se da cuando se produce una pérdida de audición en los dos oídos a la vez y del mismo grado de sordera. Generalmente suele estar causada por la edad avanzada, factores genéticos o la permanencia constante cerca de una fuente de un nivel extremo de sonido.
Si crees que sufres de algún un impedimento auditivo, no dudes en acudir a un especialista.
Fuente: medicaloptica.es