El ojo seco (SOS) es un trastorno ocular que se da cuando nuestros ojos son incapaces de lubricarse correctamente, produciendo una lágrima insuficiente o de mala calidad y que puede verse potenciado debido al actual estilo de vida, especialmente con el uso de dispositivos digitales, pantallas, entornos con aire acondicionado y el uso de lentes de contacto.
Mucha gente relaciona el “ojo seco” con una falta de lágrima, pero lo cierto es que en muchos casos no es así. Es más, un síntoma habitual del trastorno ocular es el constante lagrimeo.
Existen diversos tratamientos que pueden aliviar sus síntomas, si se llevan a cabo de forma efectiva, siguiendo las indicaciones del oftalmólogo.
Las condiciones ambientales pueden condicionar la evaporación de la lágrima. Por ejemplo, el calor, el viento, los aires acondicionados o el humo del tabaco, hacen que la evaporación suceda mucho más rápido.
Alteración en el parpadeo: En situaciones de máxima concentración (lectura o frente pantallas, por ejemplo) es posible que disminuya la frecuencia del parpadeo. Además hay personas que al dormir dejan ligeramente entreabiertos los ojos, la cual puede contribuir a aumentar el grado de sequedad ocular, causando molestias al despertarse.
Alteración en los componentes de la lágrima:
Producción insuficiente de lágrimas, en casos de herpes en los ojos o por el uso de las lentes de contacto.
Las lágrimas artificiales son colirios de venta libre, disponibles con ingredientes y viscosidades variadas. Las de baja viscosidad son ligeras y acuosas, generan un alivio rápido y casi no causan visión borrosa cuando se aplican. Por el contrario, se deben utilizar con más frecuencia para aliviar los síntomas de manera efectiva.
Aquellas que tienen una viscosidad alta son más gelatinosas y proporcionan una lubricación de larga duración. Sin embargo, en muchos casos estas gotas provocan cierta borrosidad en la visión durante varios minutos después de aplicarlas.
Algunos casos requieren tratamiento con medicamentos de uso tópico (colirios) con acción antiinflamatoria (corticoides) o inmunomoduladora (restasis).
Los tapones lagrimales, un pequeño dispositivo estéril que se inserta en una de las pequeñas aberturas del sistema de drenaje lagrimal. De esta manera las lágrimas ya no pueden drenarse fuera del ojo y la película lagrimal queda intacta durante más tiempo en la superficie del ojo.
El uso de compresas calientes y masajes con calor puede ser apropiado en el tratamiento de la disfunción de las glándulas de Meibomio (blefaritis) en las situaciones de alteración de la capa lipídica de la lágrima.
Es muy importante un examen oftalmológico exhaustivo y personalizado de cada caso para determinar las causas y establecer el mejor tratamiento posible en cada paciente.
Fuente: topdoctors.es