Aunque las gafas de sol suelen considerarse como un complemento de moda o una cuestión puramente estética, lo cierto es que los efectos negativos de los rayos UV se acumulan en nuestro cuerpo de tal modo que, incluso, hay enfermedades ocularesrelacionadas con el exceso de exposición solar, como pueden ser la queratitis, el pterigium, las cataratas.
Es por ello que las gafas de sol se convierten en un elemento de protección absolutamente necesario y, sobre todo en los niños,por dos motivos.
Y además, la pigmentación de los ojos, que también protege de las radiaciones es, de igual modo, menor en los niños.
Todo ello hace recomendable que los niños utilicen gafas de sol a partir de los 12 meses de edad, que es cuando suelen comenzar a andar solos, sobre todo en los meses de primavera y verano.
Si protegemos los ojos de los niños desde la infancia es más fácil que podamos prevenir patologías oculares que puedan afectar seriamente a nivel de córnea, cristalino o retina y que se manifiesten sin embargo mucho más tarde, ya en una edad adulta.
A la hora de adquirir las gafas de sol para los niños, hay que tener en cuenta, entre otras, las siguientes recomendaciones:
Si seguimos todas estas pautas, no solo estaremos protegiendo a los niños frente a posibles enfermedades oculares que puedan manifestarse en un futuro, sino que además, los niños aprenderán, ya desde pequeños, a cuidar de algo tan esencial como es su propia vista.