Aunque regularmente no le damos la importancia necesaria, el color de la sangre del periodo menstrual podría revelar nuestra condición de salud.
El color de este líquido representa todo con respecto a la manera en que está siendo desechado
La regla llega puntual una vez al mes, o no, si la mujer forma parte de ese grupo en el que la irregularidad es una característica de su menstruación. En cualquier caso, es una situación cíclica con la que las mujeres conviven, algunas sin apenas enterarse, y otras experimentando grandes molestias. Por tanto, es lógico que genere algunas dudas en lo relativo a su periodicidad o a aspectos relacionados con la cantidad, textura o color del sangrado. Lo más probable es que el color de la sangre varíe a medida que pasan los días, pero para dar una explicación a esas diferentes tonalidades y colores, primero hay que entender qué es la regla y por qué se produce.
Lo primero que hay que desterrar del saber popular es pensar que, con la menstruación, la mujer expele fuera de su organismo el óvulo que no se ha fecundado. El óvulo es una célula microscópica que, si no es fecundada, se deshace. Lo que se expulsa es el tejido endometrial que se encuentra preparado para el embarazo.
Y aquí comienza el misterio del color de la regla: en el endometrio, que es la mucosa que se encuentra dentro del interior del útero, y que va a albergar al óvulo fecundado y al embrión. Es un tejido que se encuentra en constante e incansable cambio; todos los meses crece, se descompone y se regenera. Y lo hace alrededor de 500 veces a lo largo de la vida de una mujer. Este incansable proceso es posible porque este revestimiento es rico en células madre.
A lo largo del ciclo menstrual, el tejido endometrial tiene dos fases: en una primera, o fase proliferativa, cuando la mujer acaba de terminar su menstruación y ese recubrimiento está limpio, se empieza a engrosar por la acción de los estrógenos. Es un proceso imprescindible para que se dé el embarazo, porque cuando llegue la ovulación el endometrio tiene que estar lo suficientemente grueso y con muchos vasos sanguíneos para que el embrión pueda anidar y sobrevivir en él.
Con la ovulación comienza la segunda fase o secretora: la mucosa se hace aún más gruesa y vascularizada. Esto es así porque, de darse la fecundación, tendrá que nutrir al embrión hasta que se forme la placenta.
¿Y si no hay embarazo? Entonces ese tejido aumentado y robusto no tiene ninguna función, y es completamente prescindible. La progesterona empieza a descender y el endometrio se descama, se desprende y se expulsa, dejando “al aire” y rotos todos los vasos sanguíneos, que empiezan a sangrar, produciéndose lo que se conoce como menstruación o regla. Y también se expulsa la mucosa endometrial, por eso a veces el sangrado tiene una textura fibrosa.
Esa sangre está formada por agua, células muertas del endometrio, lípidos, proteínas, hormonas, células madre y, según un estudio, algunos contaminantes orgánicos.
Este sangrado en unas mujeres puede durar un par de días y en otras una semana. La duración y la cantidad de sangre que la mujer expulsa es una cuestión hormonal, salvo que existan otras patologías, como pólipos o miomas. Una mujer sangra más o menos según la cantidad de tejido que expulsa, y eso depende de la estimulación hormonal que haya tenido ese endometrio.
En general, en situaciones de normalidad, la sangre menstrual va a presentar tres tonalidades:
Rojo claro o rosáceo
Suele ocurrir en los primeros días de la regla, cuando la pérdida de sangre es menor. Solo si se mantiene este color a lo largo de toda la menstruación conviene comentárselo en la próxima cita al ginecólogo por si hay alguna disfunción hormonal. También es un síntoma de que en breve la mujer empezará con la menopausia
Rojo intenso
Es lo más habitual a partir del segundo o tercer día de regla. Se trata de una sangre reciente, es decir de los vasos sanguíneos que se acaban de romper con el descamado del endometrio. Suele ser un sangrado abundante, y tiene una consistencia líquida. No obstante, si el sangrado dura más de 8 días con este tono acude al médico, ya que podría ser síntoma de miomas o pólipos en el endometrio.
Marrón oscuro
Suele ser una sangre que lleva tiempo retenida en el útero y es antigua, de una menstruación anterior, y que el organismo de la mujer ha tardado más en expulsar. Se debe a que la sangre, cuando pasa algún tiempo, adquiere ese color amarronado. Normalmente se produce cuando el manchado es escaso, aunque puede tener una consistencia fluida. Sin embargo, si tiene algún matiz amarillento u olor desagradable también por ser indicativo de infección.
También es posible que determinadas situaciones o anomalías alteren la tonalidad normal de la sangre menstrual, por ejemplo:
Rosa pálido y blancuzco
Si la mujer observa que su menstruación es muy acuosa y de color muy claro –sobre todo si usa copa menstrual (si usa compresas es imposible de valorar)–, quizás puede deberse a una fuerte anemia ferropénica. En cualquier caso conviene que acuda a su médico por si fuera necesario que tomara algún suplemento de hierro.
Pequeñas manchas de color claro
Si ocurre unos días antes de que tenga que venir la regla y la mujer está intentando ser madre, quizás sea un primer síntoma de embarazo y se deba a lo que se conoce como sangrado de implantación o falsa regla, que se produce cuando el óvulo fecundado, tras atravesar las trompas de Falopio, llega al endometrio y se implanta en él, provocando la rotura de vasos. También puede ser signo de un desequilibrio hormonal, acláralo con tu médico.
La regla a menudo enmascara las infecciones, por lo que conviene estar atentas a otras posibles texturas o tonalidades de las secreciones vaginales:
Rojo anaranjado o amarillento
Las secreciones vaginales –que no sangre de regla– en color anaranjado o amarillento pueden ser signo de un infección. Si además presentan un fuerte olor a pescado conviene acudir al médico lo antes posible.
Secrecciones grisáceas
Si se presentan manchas de color grisáceo con hilillos de color rojo quizás estabas embarazada y estás sufriendo un aborto espontáneo, por lo que conviene ir al ginecólogo o a las urgencias de algún centro sanitario. Pero si no hay gestación, las secreciones de este color pueden ser indicativo de enfermedades de transmisión sexual.
Coágulos
Es muy frecuente que la mujer perciba que expulsa coágulos. En principio, no hay por qué preocuparse sobre todo si se producen de forma esporádica en los primeros días de la regla. Pero si son muy numerosos, puede ser síntoma de alguna alteración hormonal, o a la formación de miomas o pólipos endometriales. En este caso, conviene consultarlo con tu ginecólogo.
Grumos
Si se perciben grumos con una textura fibrosa se trata de tejido endometrial, ya que, como hemos comentado, con la regla se desprende esa capa interna del útero.
Hay muchas explicaciones para esto; un embarazo, menopausia, cambio repentino de peso, una experiencia traumática o alguna enfermedad. Consulte a su médico ginecólogo.
Fuente: webconsultas.com | sdpnoticias.com