El sangrado rectar puede tener varias causas y es necesario conocerlas para poder buscar las soluciones adecuadas.
El sangrado rectal, conocido medicamente como rectorragia, indica la emisión de sangre roja por el ano de forma aislada o asociada a las heces.
Podemos observar la sangre en el papel higiénico o en la taza del inodoro. Si bien las causas son en su mayoría banales, no debemos restarle importancia al sangrado anal, a pesar de que tan sólo sean un par de gotas o sobre todo si se repite o mantiene en el tiempo. También es especialmente importante si se asocia a otros síntomas como sudoración, palidez o mareos.
Cerca de un cuarto de la población presenta sangrado rectal alguna vez en su vida. En la mayoría de los casos se trata de patologías subyacentes que no revisten gravedad, como fisuras anales, se suelen asociar con dolor en la defecación, hemorroides, la patología más frecuente, ya sean internas o externas o divertículos con una frecuencia de un 15%. O podemos hablar de enfermedades más serias como pólipos o neoplasias, cerca del 5%de los casos cada una de ellas. Entre las causas menos frecuentes, pero que también cursan con rectorragia encontramos: enfermedad inflamatoria intestinal, infecciones digestivas, intoxicación alimentaria, diarrea, radioterapia, andiodisplasia...
El sangrado rectal por sí solo muchas veces no nos indica nada. Suele ser más bien un síntoma más asociado a otras enfermedades o problemas latentes. Por ello es importante no sólo el hecho de sangrar por el recto, sino las características del sangrado: forma, color, cantidad, presencia de coágulos, mocos o pus. Todos estos datos asociados son de gran ayuda para un correcto diagnóstico. Y en las patologías asociadas a cáncer el diagnóstico precoz aumenta las posibilidades de curación. Por ello es importante acudir al especialista a pesar de que es un tema que en ocasiones puede avergonzar a la persona. Analicemos más detenidamente algunas de las causas más comunes que provocan el sangrado rectal.
Las hemorroides son la razón más frecuente de sangrado rectal leve. Más conocidas por el nombre popular de almorranas, consisten en la hinchazón de los vasos sanguíneos del ano y del recto. El mecanismo es similar al de las varices. Lashemorroides pueden ser externas, localizadas fuera del ano, o internas, éstas no pueden verse ya que están por debajo de la piel que está alrededor del ano y recubiertas de mucosidad, en este caso además de sangre puede acompañarse de moco. En el caso de hemorroides el sangrado es rojo y al final de la deposición o recubriendo las heces. Es habitual observar como caen unas gotas al inodoro tras la defecación o en el papel higiénico. La aparición de hemorroides se asocia a la obesidad, embarazo, estreñimiento o pasar periodos largos de tiempo sentado. El tratamiento inicial busca combatir el estreñimiento y los síntomas locales como dolor y/o prurito. En casos más graves existe el tratamiento médico y quirúrgico. Las hemorroides no están relacionadas con la aparición de cáncer.
Se trata de desgarros en la membrana del ano. Suele aparecer un dolor intenso al paso de las heces en la defecación asociado con una escasa cantidad de sangre. El dolor puede aparecer durante la deposición o inmediatamente después. Las lesiones suelen ser consecuencia de traumatismos, estreñimiento, heces muy duras, diarrea o inflamación de la mucosa anal. El principal remedio para su curación son suplementos de fibra, ablandadores fecales y baños de asiento con agua templada.
Afecta principalmente a personas de edad avanzada, más de la mitad de las personas de más de 80 años se ven afectadas, pero no todos desarrollan los síntomas. Los divertículos son pequeñas bolsas que se forman en la pared del colon, sobre todo en el lado izquierdo, sin embargo, son los del lado derecho lo que con más frecuencia ocasionan sangrado. Cuando un vaso se rompe o es lesionado por un fecaloma (tapón de heces muy duras), se produce el sangrado rectal. Es de inicio brusco, indoloro e importante pues se trata de sangre arterial. El sangrado puede ser continuo o intermitente, cediendo en casi la totalidad de los casos de forma espontánea.
Se trata de un crecimiento anormal benigno del tejido que cubre el intestino grueso. En la mayoría de los casos no aparecen síntomas, aunque si éstos se localizan en la parte baja del colon puede producirse un sangrado rectal leve. La extirpación quirúrgica de los mismos, así como un seguimiento es vital para la salud colorectal, pues está demostrado que su presencia con el tiempo puede derivar en cáncer de colon.
Es una de las causas más comunes de muerte, afectando tanto a hombres como mujeres por igual. Se origina en el intestino grueso, y presenta una progresión lenta. La curación total es más alentadora si el diagnóstico es precoz. Existe una relación directa entre el cáncer de colon y los pólipos, pues en muchas ocasiones el cáncer aparece como evolución de los pólipos no tratados con el paso del tiempo. Si el cáncer se desarrolla en el colon derecho es frecuente que aparezcan melena, heces negras viscosas y malolientes. Si al sangrado rectal se le asocian otros datos clínicos como fatiga, pérdida importante de peso, cansancio, heces blandas y mayor número de deposiciones, presencia de sangre mezclada con las heces, palpación de tumoración rectal... el pronóstico es peor.
Engloba dos tipos de trastornos principalmente la colitis ulcerosa y laenfermedad de Crohn. Ambas presentan un carácter crónico y un componente autoinmune, y se caracterizan por la inflamación crónica del intestino. Además del sangrado rectal aparece como frecuencia diarrea y emisión de moco con las heces. En el caso de la colitis ulcerosa puede aparecer la expulsión de sangre sin que coincida con la expulsión de heces. Los enfermos de Crohn pueden presentar rectorragia o hematoquecia, salida de sangre roja a través del recto como resultado de una hemorragia en las porciones superiores del tracto digestivo, como único síntoma de su enfermedad, como consecuencia de las úlceras que presentan en el intestino.
La colitis isquémica tiene lugar cuando un tramo del colon se lesiona o inflama como consecuencia de un flujo de sangre insuficiente durante un periodo de tiempo más o menos largo. La forma más común es la isquemia intestinal, y aunque puede verse afectado cualquier parte del colon, es más frecuente que se produzca en el lado izquierdo, que corresponde al colon sigmoideo y el colon descendente. El sangrado rectal leve o moderado es uno de sus síntomas, junto con el dolor abdominal de predominio izquierdo, diarrea y fiebre.
Consisten en la inflamación de la membrana que recubre el recto. Algunas de las causas que lo desencadenan son: determinados medicamentos, radioterapia en algunos tipos de cáncer, infecciones o la enfermedad inflamatoria intestinal mencionada anteriormente. El síntomas característico es el tenesmo rectal, la persona tiene la sensación de no vaciar por completo los intestinos a pesar de realizar deposiciones con frecuencia, por tanto las ganas de defecar son frecuentes y persistentes. En estos casos el sangrado rectal se acompaña de dolor en la zona anal y rectal, además de expulsión de moco en las heces. El tratamiento viene determinado por la causa que lo origina.
Fuente: bekiasalud.com