Sensibilización en la Prevención del Cáncer de Mama

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Un diagnóstico de cáncer es un acontecimiento que cambia la vida de una mujer. Es un momento en el que afloran sentimientos fuertes producto del impacto de la noticia, las decisiones a tomar y la incertidumbre frente a lo venidero. Cuanto más temprano se detecte el cáncer, mejores son las opciones de curación, y aun cuando se descubre en estadios avanzados (cuando hay síntomas visibles), hay posibilidades de tratarlo con éxito. Por eso, frente a un diagnóstico de cáncer, la mujer debe recibir toda la información que ella necesita, sobre el tratamiento y los cuidados que deberá tomar. Ella tiene derecho a ser informada verazmente sobre la enfermedad y aclarar todas las dudas que tenga, o puede elegir no saber si así lo prefiere. Tiene derecho a ser escuchada y a ser atendida en su integridad, tanto en el aspecto médico como psicológico. También es importante que la mujer esté acompañada, tanto por el cuerpo médico como por sus familiares y amigos. Muchas veces, es útil la ayuda por parte de un/a terapeuta con quien pueda encontrar alivio. También es bueno que la mujer realice una actividad que le guste y la ayude a sentirse mejor: practicar alguna actividad física suave, leer, pintar, tejer, escuchar música o aprender algo nuevo. El tratamiento puede ser extenso e intenso y, en algunas instancias, puede volverse difícil de afrontar y puede generar angustia. Tiene que ver con el impacto que implica la enfermedad. Siempre es útil hablar de estas cuestiones y acudir a la ayuda de los profesionales de la salud y a personas cercanas para atenuar estos sentimientos. La decisión sobre el tratamiento que la mujer realizará para curar la enfermedad (radioterapia, cirugía conservadora o mastectomía, etc.) deberá partir de un diálogo entre ella y el cuerpo médico y del consenso entre ambos. Esta decisión siempre debe ser en respeto de los valores de las pacientes, sus preferencias, sus derechos y necesidades

La función principal de la glándula mamaria (mama) es la producción de leche durante el periodo de lactancia. Como cualquier mujer puede observar, por fuera la mama está compuesta por piel, pezón y areola. El pezón es el área pequeña y elevada que se encuentra en la punta de la mama. La aréola es la región de piel de color oscuro (más oscuro que la piel) que rodea el pezón. Además, la mama contiene tejido graso (adiposo), que es lo que causa la forma abultada de los pechos. Al interior de la mama, encontramos tejido glandular compuesto por lóbulos y lobulillos que terminan en unidades más pequeñas que pueden producir leche. Estos lóbulos y lobulillos están unidos por una serie de tubos llamados conductos que conducen la leche hacia el pezón.

Cada mama tiene también vasos linfáticos, tubos delgados que transportan glóbulos blancos y líquido linfático, que a su vez conducen a órganos pequeños llamados ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos se encuentran cerca de las mamas, bajo el brazo, arriba de la clavícula, en el pecho y en otras partes del cuerpo y son los encargados de filtrar sustancias presentes en el líquido linfático para ayudar a combatir infecciones y enfermedades. Ellos almacenan también glóbulos blancos, llamados linfocitos, los cuales combaten enfermedades.

CAMBIOS EN LAS MAMAS A LO LARGO DE LA VIDA

Muchas mujeres presentan cambios en sus mamas a lo largo de su vida. Algunos corresponden al crecimiento y a cambios producidos por las hormonas. Los primeros se dan en la pubertad, cuando las mamas comienzan a desarrollarse y a crecer. Otros se producen cuando la mujer envejece: las mamas se vuelven más grasas o pequeñas. Todos estos cambios son normales y no tienen relación con el desarrollo de una enfermedad. Por ejemplo, durante el ciclo menstrual (o unos días antes) las mamas pueden sentirse distintas: hinchadas, sensibles o con bultos. Por lo general, esa sensación desaparece cuando termina el ciclo. Por otro lado, durante el embarazo las mamas pueden sentirse con bultos debido a que las glándulas que producen leche están aumentando en número y se están haciendo más grandes. A medida que una mujer se acerca a la menopausia, el tejido glandular es remplazado por grasa. Y puede pasar que las mamas se vuelvan más chicas o que se sientan bultos. Además, los períodos menstruales pueden darse con menor frecuencia y los niveles hormonales de las mujeres cambian, lo que puede generar mayor sensibilidad.

Otro factor que puede generar cambios en las mamas es la administración de hormonas, ya sea píldoras anticonceptivas o por terapia hormonal de reemplazo durante la menopausia. Esto puede hacer que las mamas se vuelvan más densas. Como vemos, muchas veces la sensibilidad o la presencia de bultos en las mamas se deben a cambios hormonales comunes en la vida de la mujer y no son signos de la presencia de una enfermedad.

¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA?

Aunque no se sabe qué es lo que causa el cáncer de mama se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de enfermar. Es decir, no hay única causa que la provoque, sino que es producto de diferentes factores de riesgo y de estilos de vida, así como también de una carga genética que predispone a la mujer a enfermar o no.

 Factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama:

  • La edad: la predisposición a enfermar aumenta con la edad, en especial después de los 50 años.
  • Antecedentes personales de cáncer de mama. B Antecedentes en la familia de mujeres que hayan tenido cáncer de mama u ovario.
  • B Tratamiento con radioterapia dirigida al pecho. B Tratamiento con hormonas, como estrógeno y progesterona, luego de la menopausia.
  • Inicio de la menstruación a edad temprana o menopausia a edad tardía (después de los 55 años). B Edad avanzada en el momento del primer parto (después de los 30 años) o nunca haber tenido hijos.
  • Obesidad. B Vida sedentaria. B Tomar alcohol (más de 2 copas de vino por día o equivalente)

CÁNCER DE MAMA Y HERENCIA FAMILIAR

La gran mayoría de los casos de cáncer de mama son esporádicos, es decir, se dan en mujeres sin antecedentes familiares ni riesgo aumentado de tener la enfermedad. Sin embargo, un 5-10% de los casos es producido por mutaciones heredadas que se transmiten de padres a hijos y de generación en generación, originando los llamados síndromes de cáncer hereditario. Existen dos genes, llamados BRCA1 y BRCA2, cuyas mutaciones confieren un riesgo aumentado de tener cáncer de mama y ovario en edades especialmente jóvenes. Si una mujer posee una mutación heredada significa que es más susceptible de desarrollar cáncer de mama. No obstante, no quiere decir que necesariamente vaya a enfermar. Muchas personas poseen mutaciones, pero no desarrollan la enfermedad.

¿CÓMO SE DESARROLLA EL CÁNCER DE MAMA?

Los órganos que forman nuestro cuerpo están constituidos por células que normalmente crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Algunas veces este proceso se descontrola: células nuevas se forman cuando el cuerpo no las necesita, y células viejas o dañadas no mueren cuando deberían morir. Esto forma una masa de tejido que es lo que se conoce como tumor. Este tumor se puede desarrollar en distintas partes del tejido mamario.

Los tumores en la mama pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos):

  • En los tumores benignos las células crecen localmente y no se extienden a otras zonas.
  • En los tumores malignos las células invaden a los tejidos vecinos, entran en los vasos sanguíneos y pueden diseminarse por el organismo (proceso conocido como metástasis).

EXAMEN CLÍNICO DE LAS MAMAS

Este examen forma parte de las prácticas de salud de rutina y se realiza en la visita al médico de cabecera o ginecólogo. Consiste en que el médico inspeccione las mamas y pezones y revise debajo de los brazos para ver si hay anomalías.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS POR LOS QUE DEBERÍA CONSULTAR AL MÉDICO?

LA MAMOGRAFÍA

La mamografía consiste en realizar una radiografía de las mamas. Con este estudio es posible detectar el cáncer de mama en su fase temprana cuando todavía no presenta síntomas, es decir, la lesión no es palpable. De este modo, es posible recurrir a mejores posibilidades de cura, con tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado. El cáncer de mama tiene mayor incidencia a partir de los 50 años por eso se recomienda que todas las mujeres a partir de esa edad se realicen un estudio mamográfico cada dos años junto a un examen físico anual de las mamas por parte de un profesional de la salud. Eso no quiere decir que mujeres más jóvenes no deban realizarse mamografías. La decisión debe ser personalizada y de acuerdo con los antecedentes familiares de la enfermedad y factores de riesgo de cada mujer.

ECOGRAFÍA Y RESONANCIA MAGNÉTICA

Además de la mamografía, hay otros métodos de diagnóstico por imágenes, como la ecografía, la cual se usa en forma complementaria al estudio mamográfico, y la resonancia magnética que se emplea básicamente en mujeres con fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas.

 

“OCTUBRE, MES DE LA SENSIBILIZACIÓN EN LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE MAMA.”

DRA. ESMELY SALAZAR R.

GINECÓLOGO - MASTÓLOGO

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